Los retenedores son la última fase de tu tratamiento de ortodoncia. Existen dos tipos, fijos y removibles. El objetivo de los retenedores es evitar que los dientes se muevan y descoloquen o incluso que vuelvan a su posición original, ya que los dientes tienen una tendencia natural a moverse y apiñarse.
Es por esto que recomendamos siempre colocar una doble retención, fija y removible, para poder garantizar el éxito de nuestro tratamiento y mantener nuestra sonrisa perfecta.
Cuidados de los retenedores fijos o BARRAS
Los retenedores fijos son alambres trenzados o barras metálicas que se colocan en la cara interna de los incisivos y caninos inferiores y superiores. Su función es la de ferulizar los dientes fijando su posición y evitando las recidivas y futuros apiñamientos.
Las barras tienen un período de adaptación, ya que van permanentemente en boca, pegadas a los dientes, pero el grado de aceptación por parte de los pacientes suele ser alto y la adaptación muy rápida. Son cómodas, no se ven y son indoloras.
Las urgencias que puede generar este tipo de retención es que la barra se descemente, en este caso se debe de acudir cuanto antes a consulta para pegar de nuevo nuestra retención.
En cuanto a la higiene hay que incidir en la zona de la retención para que no se acumule sarro entre el diente y la barra y realizar las revisiones indicadas para comprobar que la higiene es buena y que la retención está bien cementada.
Cuidados de los retenedores removibles o ESSIX
Los retenedores removibles son férulas de plástico fino y transparente que van adaptadas perfectamente a la forma de los dientes del paciente. Se confeccionan a medida y al ponerlos podemos notar un poco de presión pero nunca dolor. Las férulas de retención o essix evitan pequeños movimientos de los dientes, por lo que es importante usarlos tras el tratamiento de ortodoncia. Los primeros meses los hay que utilizar a tiempo completo, excepto para comer y cepillarse los dientes.
Deben de lavarse cada vez que se retiran, al menos una vez al día, ya que están en continuo contacto con la saliva. Si no tenemos una buena higiene pueden coger mal olor, mal color y mal sabor, de ahí la importancia de limpiarlos a diario. Los podemos limpiar con un cepillo de dientes (que no sea el mismo con el que cepillas tus dientes), agua fría y jabón de manos neutro. Existen complementos para la higiene de los retenedores, como las pastillas para prótesis o férulas, que son desincrustantes y eliminan las partículas o depósitos bacterianos que puedan quedar en el plástico y que son las causantes de las tinciones y el mal olor.Es conveniente guardar el retenedor en una caja para que esté limpio y que no se pierda, ya que son transparentes y se pueden dañar con facilidad.
Si no queremos perder la posición estética y funcional que hemos logrado gracias al tratamiento de ortodoncia, no podemos dejar de ponernos nuestros retenedores, porque éstos son los que evitan el movimiento de los dientes.
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